Prácticamente todos los días, los medios de comunicación se hacen eco de problemas ambientales que afectan de manera directa o indirecta al medio ambiente y la humanidad debido al cambio climático. Desde cómo está aumentando la temperatura en todos los océanos del mundo, hasta las catastróficas lluvias torrenciales y sequías que aparecen con más frecuencia. Pero, ¿realmente en qué consiste el cambio climático o el calentamiento global?
Según una investigación llevada a cabo por la Universidad de California en Berkeley, la temperatura promedio de nuestro planeta se sitúa alrededor de los 15 °C, pero esta temperatura ha sufrido variaciones durante las diferentes etapas de la Tierra; es decir, en algunas épocas ha sido más baja y en otras ha sido más alta.
Hasta aquí todo normal. El problema surge con la Revolución Industrial ya que la aparición de miles de fábricas en todo el mundo expulsando al medio ambiente gases tóxicos, ha hecho que poco a poco la temperatura promedio mundial haya ido aumentando sin que se vea ningún signo de retroceso. De hecho, desde la década de 1950, la temperatura promedio ha aumentado casi un 1.5 °C; toda una barbaridad teniendo en cuenta que en términos temporales estas décadas que han transcurrido hasta ahora no representan prácticamente nada en comparación con los millones de años anteriores.
Como consecuencia, muchos científicos coinciden en que la industria y la ganadería están contribuyendo de manera significativa a aumentar el efecto invernadero. Es decir, la atmósfera interior de la Tierra tiene menos recursos para proteger la superficie terrestre de la energía solar que llega a nuestro planeta.
¿Qué es el efecto invernadero?
Cuando el dióxido de carbono (CO2) proveniente de la acción humana, como la industria y la ganadería, permanece más tiempo de lo normal, usualmente se queda en la atmósfera únicamente unos días, provoca un aumento de la temperatura porque los océanos y las grandes masas forestales solo pueden absorber cierta cantidad. La cual es insuficiente ya que a día de hoy se consume más servicios y productos que nunca al vivir en un mundo totalmente conectado en el que se puede comprar y vender de todo independientemente de la ubicación geográfica de cada persona.
Desde mediados del siglo XVIII, cuando comenzó la etapa industrial, el nivel de CO2 en la atmósfera ha sido el mayor de los últimos 800,000 años ya que ha aumentado un 50%. Además, el incremento de los niveles de metano y óxido nitroso también han aumentado, lo que ha acentuado aún más los efectos de los gases invernadero.
¿Cuáles son las consecuencias inminentes del cambio climático?
- Aunque ni los dirigentes de las mayores empresas del mundo, ni los gobernantes de los países más industriales del mundo se ponen de acuerdo, las consecuencias del cambio climático ya son palpables y algunas de ellas no se pueden revertir ya que las acciones llegan demasiado tarde. Sin embargo, lo más importante es no acentuar aún más esta problemática que, de una manera u otra afecta, a todos los países del mundo.
- Durante los últimos años nos hemos acostumbrado a frases como: “Ya no llueve como antes”, “Estas trombas de agua repentinas no son normales”, “Ahora los veranos son mucho más calurosos”, etc. Los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes y ocurren en cualquier lugar del mundo sin una conexión directa aparente a no ser que tengamos en cuenta el cambio climático.
- El último ejemplo ha sucedido en verano de 2021: mientras en Alemania y Bélgica inundaciones nunca vistas antes dejaban decenas de muertes, al mismo tiempo en el oeste de Estados Unidos y Canadá las olas de calor también dejaron muchos muertos y cientos de hectáreas de bosques quemados por fuegos inmensos. Pero este tipo de situaciones ocurren a diario en prácticamente cualquier lugar del mundo, como las inundaciones recientes en China o Filipinas.
¿Y si durante este siglo se aumentará la temperatura global en 2°C?
Revertir la situación del cambio climático es algo muy complicado ya que se necesitaría la participación de todo el mundo, algo muy complicado ya que el compromiso de muchos países, como se vio en la firma del Acuerdo de París, con esta problemática mundial es mínimo o nulo. Es decir, lo ideal no sería que se redujeran esos 1.5 °C de temperatura que ha aumentado el planeta durante las últimas décadas, sino hacer todo lo posible para no alcanzar un incremento de 2 °C al finalizar el siglo XXI.
La razón es muy sencilla. Según se va calentando más la Tierra, también se va evaporando más agua y se va generando más humedad en el ambiente. Esto tiene dos implicaciones: por un lado, donde esta humedad está más localizada habrá lluvias más intensas, mientras que en otras regiones los periodos de sequía aumentarán debido a esa falta de humedad.
Por otro lado, en algunos lugares del mundo las estaciones del año serían mucho más acentuadas con inviernos y veranos más extremos, o dependiendo de las regiones, prácticamente no se observaría ningún cambio en las estaciones tradicionales.
Asimismo, el nivel de los océanos subiría por encima de los diez metros, lo que inundaría zonas pobladas en muchas áreas costeras del mundo, obligando a migrar a millones de personas al mismo tiempo que quedarían inutilizadas grandes infraestructuras en las que se han invertido billones de euros durante décadas.
Y como de costumbre, los grandes perjudicados serían los países más pobres o en desarrollo ya que cuentan con menos recursos para hacer frente a estos cambios dramáticos. Además, se extinguirían muchos plantas y animales al no poder adaptarse adecuadamente en tan poco tiempo y habría un aumento de las enfermedades relacionadas con la desnutrición y las que se transmiten por el agua.